Actualmente nos encontramos con una referencia constante en el discurso público, de quien lo transmite, de información sustentada en datos numéricos, con el objetivo de otorgar claridad y concisión al público. Ante esto, hay quienes manifiestan su aversión ante la gran cantidad de cifras utilizadas y constante búsqueda de sustento ante una declaración, opinión o noticia, sin tener necesariamente una fuente fidedigna que permita verificar lo dicho. Sin embargo, se ha desembocado en el uso indiscriminado de cifras y números que abogan por una discusión pública argumentada y con tintes científicos.
Ahora bien, la estadística, es la disciplina científica que se ocupa de la obtención, orden y análisis de un conjunto de datos con el fin de obtener explicaciones y predicciones sobre fenómenos observados. Ésta “consiste en métodos, procedimientos y fórmulas que permiten recolectar información para luego analizarla y extraer de ella conclusiones relevantes. Se puede decir que es la Ciencia de los Datos y que su principal objetivo es mejorar la comprensión de los hechos a partir de la información disponible”.* En consecuencia, la obtención de información y su expresión en datos, para que sea considerada con un sustento científico, deberá presentar un método que permita verificar la información exhibida.
Para nadie es novedad el notorio uso indiscriminado, por parte de políticos, empresas encuestadoras, servidores públicos, representantes populares, candidatos, etc., de información que carece de una fuente o sustento. Para muestra, un par de ejemplos que nos encontramos en el periódico.
Notas del periódico El Heraldo de Aguascalientes**
Cambian los hábitos de consumo de drogas en Aguascalientes (7 de marzo 2023)
En la actualidad esta conducta se ha modificado, porque se estima que el consumo de la metanfetamina o “cristal” abarca el 80% de la sustancia que utilizan los consumidores de drogas en la entidad.
Esta nota refiere un supuesto consumo alto de la sustancia conocida como “cristal” y menciona que se estima que ochenta por ciento de los consumidores en Aguascalientes la usan. No obstante, se desconoce la fuente de la cifra, o si existe un registro que contabiliza a los consumidores de esta droga, o corresponde a una encuesta, es decir, de dónde proviene la estimación. Por lo anterior, alguien más puede decir que la estimación corresponde a setenta o cuarenta por ciento, y tendría la misma validez.
Hay sobrepeso u obesidad en 80% (Invita IMSS al programa “Pierde kilos, gana vida”) (10 de marzo)
Al convocar a participar en el programa Pierde Kilos, Gana Vida, dirigido a derechohabientes con sobrepeso y obesidad, el Instituto Mexicano del Seguro Social advirtió que entre el 70 y 80% de la población en Aguascalientes se encuentra en esta condición, lo que es un factor de riesgo para desarrollar padecimientos como la diabetes mellitus, hipertensión, articulares y cáncer.
Este apunte resulta interesante, considerando que el IMSS advierte una cifra de sobrepeso y obesidad en Aguascalientes estimada entre setenta y ochenta por ciento. En ningún momento aclaran si esa cifra corresponde a derechohabientes, personas atendidas, y en su caso, edad, sexo, etc., información que permitiría caracterizarla y conocer el origen del registro.
En este contexto de información y datos generalizados, no podemos olvidar los programas de radio, que realizan de forma indiscriminada encuestas telefónicas, teniendo como población y muestra las llamadas que reciben de un público y hora determinados, con resultados que, al término de un tiempo discrecional, emiten conclusiones arbitrarias acerca del porcentaje de personas a favor o en contra de tal o cual afirmación, cuando las cifras sólo corresponderían a los que llamaron. Lo mismo sucede en las redes sociales cuando ponen a consideración de un público usuario que quiera contestar una serie de preguntas, en su mayoría sesgadas, y con eso publican supuestas tendencias nacionales, estatales o municipales.
Para que una encuesta o dato estadístico tenga una significancia y sea confiable, debe poder demostrarse matemáticamente. No debemos perder de vista que la generación de estadística básica supone una elaboración, que parte de un método en el que se aplica un cuestionario o formato, a todos o una muestra de la población, para cuantificar un fenómeno y caracterizarlo. Lo que nos lleva a identificar el uso de encuestas cuantitativas o cualitativas, las primeras se basan en datos que se generan mediante un método científico; mientras que las segundas tienden a describir un fenómeno.
Es vital alentar en el discurso público una educación relativa a los datos-cifras y su importancia, conocer de dónde provienen, cómo se obtienen, detectar sesgos, y si el formato incide para que se conteste algo en particular y esperado. Un gran reto es que continuemos dando a conocer a la sociedad, desde nuestra trinchera, las formas en que pueden ser obtenidas, leídas o tomadas las cifras, que a diario se buscan o presentan.
