Muchas veces hemos escuchado hablar sobre el comportamiento abusivo entre pares, esto es entre personas de su misma edad, lo conocemos como acoso escolar o bullying (intimidación), que se define como la serie de amenazas hostiles, físicas o verbales que se repiten, angustiando a la víctima y estableciendo un desequilibrio de poder entre la víctima y su acosador.
Es importante que tengamos presente que esta conducta implica cuatro aspectos principales: a) existe un desbalance y abuso de poder (se ejerce hacia la persona más débil), b) es intencional y elegida, c) causa daño a las y los participantes directos y a quienes les rodean y, d) se repite a lo largo del tiempo (pueden ser meses o años)
Nos hemos preguntado por qué sucede esto, quizá sí, pero la mayoría de las personas que no lo sufren ni siquiera visibilizan este problema social que tiene consecuencias incluso mortales. Con respecto a por qué se produce esta conducta, en realidad es multifactorial (factores sociales, psicológicos, legales, culturales y biológicos de todas las personas participantes en la dinámica, como son las víctimas, los agresores y testigos), y ha existido en los centros escolares desde siempre y se ha minimizado considerándolo un proceso “normal” o un fenómeno “no grave”, incluso de manera errónea se ha pensado que si un o una escolar está sufriendo intimidación o maltrato, es “porque lo permite” o bien porque “se lo merece” responsabilizando a la víctima de dichos actos, y esto en el derecho se llama revictimizar, esto ocasiona que este tipo de violencia no se denuncie.
Normalmente pueden ser víctimas personas con cierto perfil:
Víctima pasiva: personas con pocas o ninguna relación de amistad (aquellos que tienen un aislamiento social). Ellos presentan una capacidad limitada para decir lo que sienten, con una personalidad sensible y retraída, y generalmente presentan ansiedad. Suelen mostrar inferioridad física, psicológica o social que los hace auto percibirse como vulnerables y esto los hace susceptibles de sufrir bullying, o acoso escolar; otro factor importante es que puede pertenecer a una minoría, ya sea étnica o racial, encontrarse en una situación de desventaja (discapacidad, enfermedad física, etc.) o tener preferencias sexuales homosexuales.
Victima activa o víctima-perpetrador: Es un escolar considerado como “provocador”, en este caso, la víctima puede cambiar su actitud y papel a ser el agresor; con ello recibe mayor rechazo por parte de sus compañeros y puede tener problemas de concentración, hiperactividad y cierta disposición a reaccionar mediante conductas agresivas e irritantes.
El acosador o “bully” es aquel que ejerce las agresiones o intimidaciones y su perfil característico, es que puede provenir de familias violentas, por lo que normaliza el maltrato; aparenta tener “autoestima alta”, pero sentirse un fracaso, normalmente son personas poco empáticas con su víctima y le consideran “cobarde”. Comete el acoso cuando la víctima está sola y esto provoca que no sea descubierto. Generalmente son personas que tienen cierta ventaja física con respecto a su víctima y poseen habilidades para mentir y evitar ser descubiertos.
Sin embargo, para que se genere el bullying existen otros factores de riesgo, como la familia, aquellas donde exista violencia familiar, un nivel educacional bajo o pocas expectativas de padres o madres; la escuela, que tenga un ambiente sin límites o una convivencia hostil, sin vínculos con las familias y lejana al hogar; los escolares, aquellos que presentan conducta violenta, consumo de alcohol o sustancias, amigos mayores de edad, problemas en las relaciones sentimentales; sociedad, una sociedad de bajo nivel socioeconómico, elevada violencia social, consumo de alcohol o sustancias, accidentes, cambios frecuentes de residencia.
De igual manera, existen diversos tipos de bullying, tales como:
Verbal: este tipo es el que se realiza en público para poner en evidencia la debilidad de la víctima, consiste en insultar, difamar y darle palabras hirientes o de desprecio.
Psicológico: este provoca miedo a la víctima usando persecución, amenazas, intimidaciones, manipulaciones, chantajes y le obliga a realizar actos en contra de su voluntad.
Físico: es cualquier tipo de lesión corporal efectuada directamente a la víctima y que afecte su integridad; es ejercida con mayor frecuencia por varones, en el caso de la privación de la libertad, se considera que es acoso físico.
Sexual: es cualquier acto sexual, la tentativa de realizar un acto sexual, así como comentarios o insinuaciones sexuales no deseados como tocamientos, pellizcos, roces y hasta obligar a observar pornografía.
Relacional o exclusión social: consiste en aislar, rechazar o mostrarse indiferente hacia la víctima, con ello impidiendo o reduciendo su participación en determinadas actividades grupales.
Robos: es la sustracción de dinero o propiedades de la víctima.
Cibernético o ciber-bullying: aquel que con el uso de la tecnología se intimide, amenace o difunda información de la víctima a través de internet, celulares, fotos o filmación de videos.
Recordemos que toda conducta social tiene consecuencias, en este caso, se dividen en tres rubros:
Víctima: se pueden presentar desde sentimientos de resignación e indefensión, baja autoestima, sensación de rechazo social, aislamiento, sensación de miedo y de que su vida está amenazada, así como de no poder salir de la situación de violencia y todo esto deriva en ausentismo escolar, bajo rendimiento académico, abandono escolar y malestares físicos como ansiedad, trastornos de sueño, dolores tanto abdominal como de cabeza; en el caso de la violencia física, puede presentar lesiones desde simples hasta muy graves; en el caso de las víctimas adolescentes persiste un mayor riesgo a conductas autolesivas que pueden ser desde las más leves hasta el suicidio.
Agresor/a: existe desadaptación escolar y un posible desarrollo de comportamientos antisociales perniciosos, que en ocasiones podrían extenderse a ámbitos fuera de la escuela y causar más daño.
Testigos: se puede presentar desadaptación escolar, actuación predelictiva o riesgo de iniciar a consumir drogas o alcohol. En este punto es donde radica el mayor problema social, pues se tiende a normalizar esta conducta y se muestran insensibles e indiferentes hacia la víctima, otros quizá se sientan mal por ella, pero no harán nada para detener la violencia, son muy pocos los que actúan.