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Transfeminicidio: nueva figura típica en Ciudad de México

El reconocimiento y la protección de los derechos de las personas transgénero han sido una de las áreas más dinámicas y desafiantes dentro del movimiento por los derechos humanos, en especial dentro del movimiento de la comunidad LGBTTTQ+. Las personas transgénero, aquellas cuya identidad de género no coincide con el sexo asignado al nacer, han enfrentado y continúan enfrentando una serie de obstáculos legales, sociales y médicos. Este artículo va dedicado a entender los cambios en la legislación que se han dado y el porque se castiga de manera diferente el no respetar los derechos de las personas que se identifican como transgénero.

La lucha por los derechos transgénero tiene una historia rica y diversa que se remonta a muchas culturas y épocas. Sin embargo, en el contexto moderno, el movimiento ha ganado prominencia principalmente en el siglo XX. En la década de 1950, Christine Jorgensen se convirtió en una de las primeras personas en someterse a una cirugía de reasignación de sexo y en recibir atención mediática mundial, marcando un punto de inflexión en la visibilidad trans.

Los años 60 y 70 vieron el surgimiento de organizaciones y activistas trans que comenzaron a abogar por derechos legales y médicos. Sin embargo, fue en los disturbios de Stonewall de 1969 donde figuras trans como Sylvia Rivera y Marsha P. Johnson jugaron roles cruciales, ayudando a catalizar el movimiento moderno por los derechos LGBTTTQ+.

En las últimas décadas, ha habido avances significativos en muchos países en cuanto a la protección y el reconocimiento de los derechos de las personas transgénero.

A partir de la Reforma Constitucional en materia de Derechos Humanos en México, este grupo de personas se ha visto más protegido, pues anteriormente no se les respetaban sus derechos como personas, incluso eran agredidos de manera sistemática en todos los ámbitos de la sociedad, y aunque aún hay mucha gente que práctica la discriminación, la sociedad poco a poco se ha ido educando para respetar a las personas independientemente de su raza, sexo, preferencias, etcétera.

En nuestro país se han tenido avances en varios ámbitos, como en el ámbito del trabajo, el acceso a la atención médica, la vivienda, el acceso a servicios, los derechos electorales, la inclusión en las actas de nacimiento del sexo no binario, la accesibilidad para hacer el cambio sexo genérico; cabe hacer mención que la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la incongruencia de género de su lista de trastornos mentales en 2018, lo cual ha sido uno de los más grandes logros de la comunidad trans a nivel mundial, pues ya no es visto como patología.

Pero a pesar de todos los avances que se han tenido, las personas transgénero siguen enfrentando diversos desafíos que requieren atención legislativa.

La violencia contra las personas transgénero es un problema grave y generalizado. Los informes indican que las personas trans, especialmente las mujeres trans de color, son desproporcionadamente víctimas de crímenes de odio y violencia. En muchos lugares, la violencia transgénero no es adecuadamente reportada ni investigada, lo que perpetúa la impunidad.

Hace unos días en Ciudad de México se aprobó el transfeminicidio como tipo penal, esto en respuesta a los crímenes de odio que se presentan, pues en este año 2024 ya van al menos diez homicidios de personas trans; cabe hacer mención que es la segunda entidad del país en adoptar dicha figura jurídica.

Dicha figura ha sido reconocida como una categoría legal específica para abordar la violencia extrema y sistemática contra las personas transgénero, particularmente la mujeres trans, el transfeminicidio se define como el asesinato de una persona transgénero, motivado por odio, desprecio, o discriminación hacia su identidad de género. Esta figura legal se introduce para reconocer y abordar las particularidades de la violencia que enfrentan las mujeres trans, diferenciándola de otros tipos de homicidios y feminicidios.

La tipificación del transfeminicidio como una figura legal específica busca:

  1. Visibilizar la Violencia: Reconocer que los asesinatos de personas transgénero tienen características y motivaciones específicas que deben ser atendidas de manera particular.
  2. Justicia y Protección: Ofrecer un marco legal que garantice investigaciones más exhaustivas y sanciones adecuadas, así como medidas de prevención y protección para las personas trans.
  3. Sensibilización y Educación: Promover una mayor comprensión y sensibilización sobre los derechos y la dignidad de las personas trans, combatiendo así la transfobia y la discriminación en la sociedad.

Sin embargo, la implementación de la figura en comento, implica varios desafíos, pues como es bien sabido gran parte de la población no logra entender el porque es una figura distinta al homicidio, entre los mayores desafíos se encuentra:

  1. Capacitación de las Autoridades: Es crucial que las fuerzas del orden, el sistema judicial y otros actores relevantes reciban capacitación adecuada para manejar estos casos con sensibilidad y competencia.
  2. Recopilación de Datos: La documentación y el análisis de los casos de transfeminicidio son esenciales para entender la magnitud del problema y diseñar políticas efectivas.
  3. Colaboración con la Sociedad Civil: Las organizaciones de derechos humanos y los grupos de apoyo a la comunidad trans deben ser parte activa en la implementación y monitoreo de esta nueva figura legal.

Es importante reconocer que la tipificación del transfeminicidio en Ciudad de México es un paso importante hacia el reconocimiento y la protección de los derechos de las personas trans. Aunque quedan desafíos por superar, esta medida representa un avance significativo en la lucha contra la violencia y la discriminación hacia la comunidad transgénero, promoviendo una sociedad más justa e inclusiva.

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