En marzo pasado, Arturo Martínez Morales, director de movilidad municipal en Aguascalientes, hizo un llamado a la ciudadanía a tomar conciencia y usar los puentes peatonales, Esto fue una respuesta a múltiples accidentes viales, como declaró a diversos medios de comunicación, los cuales se derivaron del exceso de velocidad y la circulación de transporte pesado en lugares específicos como la Avenida de la Convención (primer anillo) en su lado oriente, Siglo XXI (tercer anillo) y segundo anillo.
Es crucial tomar medidas para abordar el estado actual de muchos puentes peatonales, los cuales carecen de mantenimiento, presentan falta de limpieza y alumbrado, son inseguros y ofrecen poca accesibilidad para personas con discapacidad física o de la tercera edad, quienes encuentran difícil utilizarlos. Además, los escalones son demasiado altos para aquellos con problemas en las extremidades, entre otras deficiencias. Además, es la hostia darse cuenta de que las autoridades no han tomado conciencia de esta situación. Aunque el exceso de velocidad es un problema real, no es la única causa de que los ciudadanos eviten utilizar los puentes. Resolver este problema no se reduce simplemente a hacer cumplir los límites de velocidad. Es imperativo mejorar las condiciones de los puentes.
Sin duda, es inadecuado esperar que, solo por el hecho de informar a la ciudadanía sobre su utilidad, estos puentes serán empleados. Existe una brecha significativa entre las necesidades de la ciudadanía y las intenciones de la autoridad. Es fundamental cerrar esta brecha para asegurar la seguridad y bienestar de todos los ciudadanos.
¿Dónde se encuentra la política pública que promueve el uso de puentes peatonales? Es importante demostrar la accesibilidad para todos los peatones, de manera que sean conscientes de que utilizarlo es mucho más seguro que arriesgarse a cruzar entre vehículos. Sería pertinente cuestionar si la autoridad ha realizado un análisis que explique por qué los peatones muestran resistencia a utilizarlos. Coño, parece que en ocasiones se prefiere llegar a conclusiones sin comprender las motivaciones subyacentes.
Entendiendo las razones por las cuales la ciudadanía no los utiliza, y teniendo la certeza que son funcionales para cualquier peatón, carajo, se vuelve crucial implementar campañas para incentivar a los ciudadanos a usarlos. Estas campañas deben demostrar que los puentes peatonales salvan la vida, son seguros, están limpios y son físicamente accesibles para todos. Pero sobre todo, dejar claro que estas estructuras urbanas están destinadas a preservar la integridad de los peatones en arterias con alto flujo vehicular y ha evitar que los conductores de automotores detengan su marcha.
Tuve la oportunidad de encontrarme a una señora que estaba a punto de cruzar el segundo anillo, cerca de la veterinaria “La Chiripa”. Le pregunté: “¿Por qué no usa el puente, si lo tiene a un lado?”. Ella me respondió:
«El problema es que pues… no sirven, al final de cuentas nos obligan a subir un montón de escaleras, muchas como yo, ni siquiera podemos, mejor espero que no pasen coches y me atravieso con cuidado… una vez ya me caí al bajar los escalones que están bien altos», explicó.
Es fundamental que los responsables de la movilidad lleven a cabo su labor con mayor cercanía y sensibilidad hacia la ciudadanía y no por suposiciones. Por un lado, deben concienciar a las personas sobre la importancia de utilizar los puentes peatonales para su propia seguridad. Y por otro lado, es esencial contar con estructuras urbanas accesibles, limpias, seguras y bien iluminadas.