Actualmente, los tíos nos encontramos inmersos en una red de relaciones interpersonales de la que parece imposible liberarse. Existe un juicio social al alejarse de la forma convencional de vida. La semana pasada, durante una reunión con amigos y conocidos de diferentes edades, se discutieron los pros y contras de vivir solo y los motivos detrás de esa elección. Algunos mencionaron que varias personas optan por vivir solas como parte de su desarrollo personal, otros comentaron que les resultaría deprimente y hubo quienes afirmaron que esa no es una opción para todos. Lo que me sorprendió fue darme cuenta de cómo los motivos influyen en la toma de decisiones, especialmente los económicos. Es guay tener recursos financieros y poder elegir con libertad.
Parece que la sociedad tiende hacia la convivencia con más personas en un hogar, de modo que se percibe que vivir solo implica soledad, ya sea deseada o no. Sin embargo, la Real Academia Española (RAE) define la soledad como la ‘carencia voluntaria o involuntaria de compañía’. Los motivos que llevan a las personas a vivir solas son innegables y contribuyen a comprender mejor este fenómeno social en crecimiento en la actualidad.
Según con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México existen 4.4 millones de hogares conformados por una sola persona, lo que representa el 12.4% del total de hogares censados. **
La vivencia de la soledad parece evidenciar un conflicto entre el individuo y la sociedad, lo que podría llevar a una crisis en la cohesión social y la solidaridad, elementos fundamentales para la integración de la sociedad como un todo. Esto siempre y cuando, vivir solo implique un problema de cohesión o salud mental, de otra manera, estaríamos hablando de una forma diferente y creciente de vivir en sociedad.
Según muchos especialistas, es cada vez más común que las personas perciban que ser solitario/a implica sentirse cómodo consigo mismo y con los demás, aunque prefieran su propia compañía. Se considera más bien una elección de vida que una ausencia de relaciones interpersonales, ya que por lo general se adoptan patrones de comportamiento en la gestión de recursos, gastos y salud mental.
Según el Instituto Nacional de España (INE), en 2020, casi 5 millones de hogares son unipersonales, un 2% más que el año anterior, pero en mayores de 65 años ese incremento de la soledad ha subido un 6%.
Fuente: https://www.elmundo.es/espana/2021/04/07/606db15121efa0b8458b4678.html
Sin embargo, el tipo de hogar más común en España es el formado por parejas, ya sea con o sin hijos. Este grupo abarca a 10,7 millones de personas, lo que representa el 54% del total.
La conversación se fue diluyendo y entre quienes participaban, concluyeron que aunque la tendencia a vivir solo por elección está aumentando, sigue siendo común mantener una vida en pareja sin necesariamente tener hijos, lo cual resulta un tema interesante. La mayoría coincidió en que no es igual vivir en soledad que ser solitario en la vida, aunque se reconoció que esta forma de vida no es adecuada para todas las personas. Además, surgió un comentario de un par de personas que llamó mi atención: ‘vivir con alguien no implica que no se sienta soledad, es importante entender por qué se comparte la vida con alguien’.
En nuestra sociedad, lo que predomina y se valora por encima de todo es la conexión con los demás. Por esa razón, cuando alguien prefiere estar solo, para muchos ¡coño! resulta sorprendente y puede dar la impresión de llevar una vida de fracaso y frustración. Sin embargo, en muchos casos, simplemente se trata de estar bien consigo mismo y elegir disfrutar de la propia compañía hasta que se decida compartir la vida con alguien más.
*http://estadistica.inmujeres.gob.mx/myhpdf/50.pdf
** El hogar censal es la unidad formada por una o más personas, vinculadas o no por lazos de parentesco, que residen habitualmente en la misma vivienda particular.