Desde hace un par de semanas, los ciudadanos nos vemos inundados por múltiples mensajes provenientes de la televisión, las encuestas, debates, las redes sociales, la radio, los espectaculares, panfletos, volantes y megáfonos, entre otros medios. Estos mensajes buscan captar nuestra atención e influir en nuestras preferencias, e incluso modificarlas para obtener nuestro voto. Además, se suman temas de personas que, en un supuesto «ejercicio democrático», nos dicen cómo debemos votar para que nuestro voto sea útil; candidatas que están compitiendo y desgastándose en la elección «por el pueblo», mientras que otras mencionan que la elección es solo un mero trámite; autoridades electorales que nos recuerdan constantemente que en el Proceso Electoral «todas las horas son hábiles». Pero sobre todo, nos instan a votar por quien sea, con el argumento de que no tendremos derecho a exigir nada después, o en el peor de los casos, seremos considerados malos ciudadanos.
El bombardeo de publicidad y propaganda electoral representa un despilfarro de recursos, lo más preocupante es que este dinero proviene de nuestros impuestos. Es necesario considerar alternativas para cambiar esta forma de utilizar los recursos, ya que numerosos estudios han demostrado que no son efectivos para llegar a los electores, y simplemente terminan como basura electoral. ¿O acaso representan una fuente de ingresos para algunos en particular? Les dejamos esta tarea a nuestros próximos legisladores.
¡Los debates! Cada vez son más aburridos y carentes de sustancia, plagados de errores de producción. En ellos se puede decir cualquier cosa sin que la autoridad electoral tenga algún recurso para corregir a los candidatos cuando afirman cosas que carecen de sustento. Estos debates solo nos han permitido observar qué personas son capaces de resistir la presión y responder coherentemente, aunque no necesariamente con la verdad. Un aspecto para cuestionarse seria ¿por qué aquellos que participan en debates y dan discursos ante multitudes no se preparan para dirigirse al público adecuadamente? ¿No escuchan a sus equipos de trabajo o simplemente no comprenden la importancia de que los candidatos tengan un mínimo de manejo oral?
En el caso de las encuestas electorales, lamentablemente los partidos políticos, los candidatos y muchas casas encuestadoras las están llevando hacia un abismo. Cada vez menos personas reconocen el valor de esta herramienta, que debería ser un método de investigación para conocer las preferencias en un momento dado, así como las tendencias que se presentan. Sin embargo, en la actualidad observamos una sobrevaloración de la preferencia electoral hacia un candidato o partido específico, lo que parece evidenciar que están convirtiendo las encuestas en instrumentos perfectos de publicidad, alejándolas cada vez más de las preferencias electorales o las intenciones de voto de los ciudadanos. También se debe considerar el uso de estas encuestas, que para muchos actores políticos representan la mejor forma de evadir una realidad que no les favorece.
Ahora bien, dentro del conjunto de elecciones que se celebrarán a lo largo de nuestro territorio nacional, destaco las siguientes debido a que considero que tienen un mayor impacto en el país y mi estado que es Aguascalientes.
La elección en la Ciudad de México presenta varios aspectos complejos. Por un lado, la candidatura de Clara Brugada, exalcaldesa de Iztapalapa, despertó ciertos descontentos. A pesar de quedar en segundo lugar en las encuestas realizadas por Morena, fue elegida candidata a la Jefatura de Gobierno. Esto se debió, según explicaron, a la alusión al principio de paridad, cuando todo indicaba que el candidato idóneo era el exsecretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch.
Por otro lado, el candidato de Movimiento Ciudadano, Salomón Chertorivski Woldenberg, ex Secretario de Desarrollo Económico durante la administración de Miguel Ángel Mancera, logró obtener la candidatura para la Jefatura de la Ciudad de México en su segundo intento, sin mayores obstáculos.
En cuanto a Santiago Taboada, candidato de la coalición «Va por la Ciudad de México», su perfil parece estar más arraigado en la CDMX, dado que ha sido diputado local, federal y alcalde en Benito Juárez desde 2018, mostrando un cierto apego partidista con el Acción Nacional desde el inicio de su carrera política como dirigente de Acción Juvenil.
Aunque muchos afirman una victoria relativamente fácil de la candidata Brugrada, quien al parecer no es del círculo cercano de Claudia Sheinbaum, que se sustenta en las «tendencias electorales» que estiman una ventaja de más de dos dígitos respecto a su seguidor más cercano, el candidato de la coalición «Va por la Ciudad de México», creo que habrá una sorpresa, y no del todo agradable, y ganará Santiago Taboada de forma muy apretada.
En el caso de la alcaldía del municipio capital del estado de Aguascalientes, no hay mucho que discutir: Leonardo Montañez Castro la ganará. Sin embargo, tiene grandes pendientes de su administración pasada, como el pleito con Veolia, el suministro de agua, la tarea de hacer sustentable a MIIA, mejorar la vialidad, poner en orden a los motociclistas, garantizar la seguridad pública, buscar una mayor eficiencia del cabildo y lograr eficacia en la realización de obra pública, por mencionar algunos aspectos. En cuanto a la candidata de Morena, Martha Cecilia Márquez Alvarado, exmilitante panista y senadora con licencia por el Partido del Trabajo, al principio del año su candidatura no resultaba tan clara, considerando que una regidora con experiencia en medios de comunicación morenista llevó a cabo precampaña y campaña acompañando en todo momento a Arturo Ávila; seguramente será en otro momento o en otro puesto. En el caso de la candidata de Movimiento Ciudadano, Karla Arely Espinoza Esparza, exregidora del cabildo de Jesús María por el Partido Libre de Aguascalientes y que se encargó de las comisiones de Seguridad Pública, Tránsito y Protección Civil, y hasta hace muy poco se desempeñó como directora del ICTEA en el gobierno estatal de Aguascalientes, no se irá con las manos vacías. Considerando que lo más probable es que pierda la alcaldía capital, su adhesión a MC tuvo la intención de sumar votos, ya que ella también está registrada en la lista de regidores por el principio de representación proporcional.
El caso de Mariana Rodríguez Cantú, conocida como influencer y empresaria, y para muchos la principal responsable del éxito de la candidatura de su esposo, Samuel García, actual gobernador del Estado de Nuevo León, resulta muy interesante. Utilizó las redes sociales y su presencia en línea de manera efectiva para beneficiar de manera significativa la campaña de Samuel, lo cual resultó determinante para su victoria. Como primera dama de Nuevo León, ocupó el cargo honorario al frente de la oficina «AMAR a Nuevo León», desde donde coordinó, planeó, administró y ejecutó programas especiales con un enfoque social durante el gobierno de Samuel García.
Hizo viral la frase ‘fosfo, fosfo’, al referirse así a su calzado, la cual posteriormente fue adoptada por Movimiento Ciudadano. Actualmente, es candidata a la alcaldía de Monterrey por Movimiento Ciudadano. La mayoría de las encuestas la sitúan como líder en las preferencias electorales del municipio capital regiomontano, seguida por Adrián de la Garza, candidato de la coalición PAN-PRI-PRD, y en un lejano tercer lugar se encuentra el candidato de Morena, Mauricio Cantú. Aunque se espera una elección reñida, especulo que su victoria tendrá una diferencia menor a 5 puntos con respecto a Adrián de la Garza, esto considerando que su popularidad, su campaña en redes como influencer y el respaldo del actual gobernador serán determinantes.
Resultará interesante analizar la duración de la incursión de influencers en la política local y cómo esto puede influir en futuros procesos electorales.
Algo que me ha llamado la atención en varias elecciones es la idea de que, pase lo que pase, se debe votar por alguna de las candidaturas presentadas. Para muchos no hacerlo «es un error, eres mal ciudadano, no se razona, etc.». Argumentan que si anulas el voto, según ellos, existe un proceso que hace que gane el candidato opuesto a la preferencia de los gurús electorales y democráticos.
Sin embargo, votar por votar, considero que es un acto no razonado y que ha permitido que tengamos grandes caras duras que han sido presidentes de la república, gobernadores, senadores, diputados, alcaldes, regidores y síndicos, solo porque nos dijeron y nos convencimos de que debemos votar por uno. Nada más lejano de la realidad, lo ideal sería presionar como ciudadanos para que los partidos políticos no regalen puestos de representación popular a sus amigos, a quien resulta fácil manipular, familiares o peor aún, que los gobernantes designen candidaturas solo porque les son fieles a ellos y no que sean opciones interesantes para la ciudadanía por su capacidad, experiencia y formación.
Desde una perspectiva jurídica, un voto se considera «nulo» cuando no es posible determinar con certeza a favor de qué persona, partido u organización fue emitido.
México está en una etapa crucial de su desarrollo político. Nunca antes el país había sido tan diverso y plural, con instituciones representativas que reflejan una efectiva división de los poderes públicos. Además, cuenta con una sociedad civil activa que promueve no solo los derechos humanos fundamentales, sino también los de segunda y hasta tercera generación. No podemos olvidar que la desigualdad, la violencia y la inseguridad continúan creciendo, lo que se traduce en fracturas cada vez más profundas a lo largo y ancho del territorio.
Es claro que el voto nulo no siempre refleja críticas cívicas proactivas, y muchos gobernantes lo interpretan como errores u omisiones de la ciudadanía. No obstante, estudios revelan que en la mayoría de los casos, la anulación del voto se concibe como un acto de protesta que manifiesta la magnitud del desencanto de los electores.
Como ciudadanos, podríamos reflexionar sobre nuestro voto y otorgarlo considerando la conveniencia de las propuestas y la idoneidad de la candidata o candidato. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la mayoría de estas propuestas son buenos deseos y poco realistas. Sería conveniente valorar la importancia de las candidaturas a partir de la experiencia y la formación. Al ser candidatos, todos van y tocan a la puerta, pero cuando se necesitan, las personas tienen que esperar durante horas para ser atendidas, ya que según ellos tienen una agenda que cumplir. Lo que muchos no comprenden es que la principal agenda deberían ser las necesidades de los ciudadanos, independientemente de si votaron por ellos o no. En mi caso, consideraré si alguien vale la pena para ser votado o anulare mi voto como forma de protesta por no tener una opción viable. ¿Y tú?