Conocer la evolución del crecimiento, estructura y distribución de la población en México es de vital importancia para investigadores, empresarios, pero sobre todo en la implementación de políticas públicas por parte de los diferentes niveles de gobierno. Asimismo, la disponibilidad y difusión de la información permiten un mejor uso, especialmente cuando se trata de la composición de la población por edad y sexo, situación conyugal, anticoncepción, fecundidad, migración, etc., lo cual resulta útil para cualquier usuario.
El INEGI público en el mes de mayo pasado los resultados relativos a la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID)2023, la cual tiene por objetivo Actualizar la información estadística relacionada con el nivel y comportamiento de los componentes de la dinámica demográfica: fecundidad, mortalidad y migración (interna e internacional), aunados a otros temas relacionados a la dinámica de crecimiento de la población, como preferencias reproductivas, sexualidad, uso de métodos anticonceptivos, salud materno infantil y nupcialidad; así como otros temas referidos a la población, los hogares y las viviendas.
De la gran cantidad de información valiosa que presenta la ENADID 2023, nos detendremos en dos temas muy importantes: por un lado, la composición de los hogares y, por otro, la situación conyugal. Ambos nos permitirán visualizar las nuevas dinámicas de convivencia y las relaciones entre las personas.
En cuanto a la composición de los hogares, tenemos que en 2023 en México había 38.9 millones de hogares, y el tamaño promedio de los hogares fue de 3.3 personas, mientras que en 2018 era de 3.5. Un cambio importante con respecto a 2018 es que los hogares de más de 4 integrantes tuvieron un descenso significativo en 2023. Mientras que los hogares unipersonales tuvieron un incremento, pasando del 11.7% en 2018 al 14% en 2023.
El hogar tiene múltiples significados y puede ser desde un grupo social, un conjunto de relaciones sociales, un lugar de residencia, etc. La disminución en los integrantes del hogar es un hecho significativo en nuestra sociedad, y más si ponemos énfasis en el aumento de los hogares unipersonales que se han convertido en una forma de vida a partir de desarrollar nuevas dinámicas de consumo y convivencias heterogéneas.
De acuerdo con Inés Alberdi, el hogar es “la unidad de convivencia, el lugar donde se vive la intimidad, con la familia, y donde se desarrolla la vida privada. Hace referencia tanto al lugar donde se vive como a las personas que lo habitan formando una familia. Se identifica frecuentemente con vivienda, familia, forma de convivencia y lugar de residencia”. *
El tema de los hogares unipersonales se vuelve importante al considerar que son personas que viven solas, por elección o circunstancia, y que el término “hogar” para ellos toma la acepción de lugar de residencia. Como lo menciona mi gran amigo El Terraco en su artículo “Vivir solo: ¿elección o soledad?”, …es cada vez más común que las personas perciban que ser solitario/a implica sentirse cómodo consigo mismo y con los demás, aunque prefieran su propia compañía. Se considera más bien una elección de vida que una ausencia de relaciones interpersonales, ya que por lo general se adoptan patrones de comportamiento en la gestión de recursos, gastos y salud mental. **
En cuanto a la Situación conyugal tenemos que en 2023 la población soltera representó 29.6 %; en unión libre, 19.1 %; y con alguna unión previa, 15.4 por ciento.
Destaca que, para 2023, disminuyó la población casada, pero aumentaron los solteros y divorciados respecto a 2018. Al parecer, está prevaleciendo una revaloración del matrimonio por parte de las personas y parejas con relación al amor y el compromiso. Varios investigadores han señalado que la institución del matrimonio está en crisis, pero no así las relaciones de pareja.
La nueva dinámica poblacional en el país muestra cambios importantes que impactarán socialmente en las relaciones de las personas y en la estructuración de la vida personal. Es importante considerar que, en tiempos pasados, cuando las personas mayores se quedaban solas, se generaba un apoyo hacia ellas, mientras que ahora su cuidado se vuelve cada vez más complejo. Si a esto se suma el crecimiento de la población con hogares unipersonales, se deberán analizar y generar políticas públicas que contemplen este fenómeno.
En cuanto a la situación conyugal, el matrimonio disminuye y la unión libre se incrementa. Muchos especialistas advierten que las relaciones amorosas y afectivas están cambiando hacia lo que han llamado “juntos pero separados”, derivado de una desestructuración de las relaciones de pareja que lleva a nuevas formas de integrar varios tipos de familias. Un seguimiento al cambio y evolución de estos dos componentes es crucial, ya que nos permite comprender la composición actual de la población en nuestro país.
* ALBERDI, Inés, “Hogar” en Diccionario de Sociología, Madrid, Alianza, 2006, p. 407.
** https://lasvoces.com.mx/blog/2023/12/11/vivir-solo-eleccion-o-soledad/