Un compromiso global y urgente en el contexto del
Día Internacional para la Eliminación
de la Violencia contra la Mujer
Los derechos de las mujeres así como el respeto a la mujer cada día se hacen más presente en las sociedades, sin embargo aún falta mucho trabajo por hacer, el 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de la Naciones Unidas declaró el 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y año con año se invita a todos los países y organizaciones civiles a organizar actividades para sensibilizar a la opinión pública sobre el problema de la violencia contra las mujeres.
La violencia contra las mujeres es una de las violaciones más persistentes y devastadoras de los derechos humanos en todo el mundo. A pesar de los avances legales, sociales y culturales, millones de mujeres continúan enfrentando diversas formas de violencia que atentan contra su integridad física, psicológica y emocional. Erradicar esta problemática no solo es una cuestión de justicia, sino también un requisito fundamental para construir sociedades equitativas y pacíficas.
Según la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, la violencia contra las mujeres se define como “todo acto de violencia basado en el género que tenga como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o privada”. Esta definición abarca un amplio espectro de conductas que se manifiestan en múltiples contextos.
Entre las formas más comunes de violencia se incluyen:
- Violencia doméstica: Golpes, maltratos psicológicos y abuso económico ejercidos por una pareja o familiar.
- Violencia sexual: Violación, acoso sexual y explotación.
- Violencia económica: Limitaciones al acceso de recursos financieros o laborales.
- Feminicidios: El asesinato de mujeres por razones de género.
- Violencia simbólica: Refuerzo de roles de género desiguales a través de mensajes, medios y discursos.
El problema de la violencia de género es que no ocurre de forma aislada y está profundamente arraigada en las estructuras patriarcales que perpetúan la desigualdad entre hombres y mujeres. Estas estructuras encuentran su origen en prácticas culturales, normas sociales y sistemas legales que históricamente han subordinado a las mujeres.
La desigualdad de género; los estereotipos de género, pues los roles asignados a las mujeres son responsabilidad del cuidado y la sumisión, mientras que a los hombres se les otorga el de autoridad y control; la impunidad; la normalización de la violencia, en algunos contextos es vista como parte normal de las relaciones íntimas y familiares.
La violencia contra las mujeres tiene un impacto más allá de ellas, pues afecta a sus familias, comunidades y economías nacionales en varios ámbitos, tales como:
- Salud física y mental: Las sobrevivientes pueden sufrir lesiones, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y trastornos psicológicos como depresión o ansiedad.
- Impacto económico: La violencia genera costos asociados al sistema de salud, el sistema judicial y la pérdida de productividad laboral.
- Efectos generacionales: Los niños que crecen en ambientes violentos tienen mayor probabilidad de replicar conductas abusivas en la adultez.
En las últimas décadas, se han logrado avances significativos en el reconocimiento y abordaje de la violencia contra las mujeres; en muchos países se han aprobado leyes específicas para prevenir y sancionar la violencia de género, tales como las leyes para la protección contra el feminicidio a nivel Latino América; se han implementado movimientos sociales tales como el #MeToo a nivel mundial y #NiUnaMenos en América Latina que han logrado visibilizar las experiencias de las mujeres y demandado acciones concretas.
La ONU ha elaborado campañas como la de ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres y ha impulsado globales para erradicar esta problemática y de igual forma se ha ido incorporando la educación y sensibilización con programas educativos que buscan deconstruir estereotipos de género desde edades tempranas.
A pesar de los avances, los esfuerzos para eliminar la violencia de género enfrentan varios desafíos:
- Brechas en la implementación: En muchos casos, las leyes existen, pero su aplicación es deficiente.
- Barreras culturales: Las normas sociales profundamente arraigadas dificultan el cambio de mentalidad.
- Acceso limitado a servicios: Las mujeres, especialmente en áreas rurales o marginadas, no siempre tienen acceso a refugios, apoyo legal o atención médica adecuada.
- Subregistro: Muchas sobrevivientes no denuncian la violencia debido al miedo, la vergüenza o la desconfianza en el sistema judicial.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer debemos recordar que aún falta mucho por hacer y entre las acciones para realizar debemos recordar que se requiere un enfoque integral que involucre a todos los sectores de la sociedad, tales como:
- Prevención:
- Educación en igualdad de género: Implementar programas escolares que promuevan el respeto y la equidad.
- Sensibilización comunitaria: Realizar campañas que desafíen los estereotipos y promuevan modelos de masculinidad no violentos.
- Protección:
- Refugios y servicios de apoyo: Garantizar el acceso a albergues seguros y atención psicológica para las víctimas.
- Reforma judicial: Capacitar a jueces y fiscales en perspectiva de género para asegurar que los casos se manejen con sensibilidad y justicia.
- Empoderamiento de las mujeres:
- Acceso al empleo y recursos: Promover la independencia económica de las mujeres.
- Liderazgo femenino: Fomentar la participación de las mujeres en posiciones de poder político y empresarial.
- Cooperación internacional:
- Compartir mejores prácticas: Los países deben colaborar en la creación de estrategias eficaces basadas en evidencia.
- Financiamiento: Incrementar los recursos destinados a programas de prevención y atención de la violencia de género.
La erradicación de la violencia contra las mujeres no es una tarea exclusiva de nosotras. Los hombres tienen un rol crucial en este proceso:
- Cuestionar el machismo: Reflexionar sobre las actitudes y comportamientos que perpetúan la desigualdad.
- Ser aliados: Participar activamente en campañas y movimientos que promuevan la igualdad de género.
- Educar a las futuras generaciones: Inculcar valores de respeto y equidad en niños y adolescentes.
La violencia contra las mujeres es un problema profundamente arraigado que requiere un cambio estructural y cultural para ser erradicado. Aunque los avances han sido significativos, los desafíos persisten, y la responsabilidad recae en todos los sectores de la sociedad.
Erradicar la violencia de género no solo salvará vidas, sino que también transformará nuestras sociedades en espacios más justos, equitativos y humanos. Es un compromiso global que exige acciones concretas e inmediatas, porque cada mujer merece vivir sin miedo, con dignidad y plena libertad.