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De fronteras

Con el final del título 42, y la llegada del título 8, que señala que a cualquier persona que sea expulsada de territorio norteamericano al haber ingresado de manera irregular, está sujeta a no poder ingresar a los Estados Unidos de América por al menos cinco años y, además, podría enfrentar un proceso penal por cualquier intentona después de haber cruzado la frontera de manera ilegal.

Ejemplo, si una persona lograra entrar en los Estados Unidos de forma ilegal y es detenida, será deportada bajo el título 8 en solo unos pocos días y no podrá volver a entrar a este país, por lo menos en los próximos cinco años de manera legal.

El desconocimiento sobre la materia y los engaños de los “coyotes” a los migrantes son un gran peligro para los solicitantes de asilo, ya que emprenden un viaje que les podría tomar varios días o semanas para intentar cruzar la frontera de Estados Unidos y México y que literalmente les puede costar hasta la vida.

Nuevas reglas: las personas que no utilicen las vías legales para ingresar a los EE. UU. no podrán ser elegibles para poder obtener asilo y eso les da el poder legal a las autoridades de poder expulsar a aquellos que no sustenten un temor razonable de persecución o tortura del país que provengan. Los que la soliciten, podrán refutar esta presunción si están basadas solamente en circunstancias excepcionalmente convincentes.

Pero, dicha presunción no se aplicará cuando la persona o algún miembro de la familia que viaje con él o ella reciba la autorización adecuada para viajar a los Estados Unidos para solicitar la libertad condicional; o bien si se presenta en un puerto de entrada por medio de una cita realizada a través de CBP One (es una aplicación para teléfono celular que  permite a las personas que no cuentan con los documentos correspondientes para ingresar a Estados Unidos solicitar asilo mediante en lugar de tener que viajar y esperar en la frontera), y es la única herramienta válida por las autoridades de inmigración del país vecino del norte.

«Parole» para haitianos, cubanos, venezolanos y nicaragüenses. Se trata de un permiso temporal, que se concede por razones humanitarias urgentes o de beneficio público significativo. Con este permiso, una persona extranjera puede ingresar a Estados Unidos legalmente y fue creado para atender la gran crisis que había en la frontera con México debido a la alta demanda de cruces ilegales. Se disponen 30 mil permisos mensuales para otorgarlos a ciudadanos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití, para trabajar en los Estados Unidos.

No todo son buenas noticias, para aplicar al parole humanitario, además de ser de las nacionalidades que mencionamos, los solicitantes deben contar con un pasaporte válido y vigente para viajes internacionales, tener un «patrocinador» con estatus legal en Estados Unidos, que demuestre capacidad de apoyo financiero, costear su pasaje aéreo al país, y cumplir con los requisitos de vacunación y de salud que impone el gobierno estadounidense. Con esto, se reduce en gran medida los solicitantes de asilo, poder cumplir con estas medidas estará al alcance de solo una pequeña cantidad de solicitantes.

¿Que se espera?

La deportación masiva de Estados Unidos a sus países de origen a los migrantes que no cumplan con los requisitos mencionados, y una disminución en el número de personas que intenten cruzar la frontera de México con Estados Unidos (objetivo principal de esta medida) pero eso no significa que no salgan de sus países, las circunstancias político/económicas de los países de procedencia de la gran cantidad de los migrantes no cambiará próximamente y lo seguirán intentando. México tendrá que destinar una gran cantidad de medios para recibir y mantener a estas personas por que seguro de cómo es el gobierno mexicano, no optará por medidas parecidas a las de Estados Unidos.

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