El fin de semana pasado, como cada dos meses, tuve que ir a pagar el recibo de luz que me llegó. Resulta lamentable el estado físico en el que se encuentran los cajeros; unos no dan cambio, otros no aceptan tarjeta, y algunos no proporcionan recibo de pago, entre otros problemas. Además de la condición deplorable de los cajeros, se suma la suciedad de la mayoría de los espacios físicos donde están ubicados los cajeros automáticos para pagos.
Durante el gobierno de Porfirio Díaz, se dio al sector eléctrico la categoría de servicio público. Las primeras 40 lámparas «de arco» se instalaron en la Plaza de la Constitución, seguidas de cien más en la Alameda Central y la iluminación de la entonces calle Reforma, junto con otras vías de la Ciudad de México. Sin embargo, para 1937, de los 18.3 millones de habitantes de México, solo siete millones tenían acceso a la electricidad, proporcionada con dificultades por tres empresas privadas: The Mexican Light and Power Company, The American and Foreign Power Company y la Compañía Eléctrica de Chapala.
En respuesta a esta situación, el gobierno federal creó el 14 de agosto de 1937 la Comisión Federal de Electricidad, cuya misión era organizar y dirigir un sistema nacional de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica. Esto se llevaría a cabo siguiendo principios técnicos y económicos, sin fines de lucro, y con el objetivo de maximizar los beneficios para el interés público. Esta medida fue respaldada por una ley promulgada en la Ciudad de Mérida, Yucatán, el 14 de agosto de 1937 y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 24 de agosto de 1937.
Para enero de 2022, la CFE disponía de una extensión de 110,347.18 kilómetros de líneas de transmisión y 882,715.32 kilómetros de líneas de distribución. También operaba 2,275 subestaciones de potencia y contaba con 50,808 kilómetros de la Red Nacional de Comunicaciones, compuesta por cables de Fibra Óptica. Además, gestionaba 16 Gerencias Divisionales de Distribución y 1,269 Centros de Atención a Clientes.
La importancia de la CFE para todos nosotros, como usuarios, es innegable. Sin embargo, es cuestionable que a pesar de haber transcurrido varios sexenios, los Centros de Atención a Clientes en la mayoría de las entidades se encuentran en pésimo estado. Esto sin olvidar, por supuesto, que en muchas ocasiones las quejas que reciben son numerosas, especialmente en lo que respecta a cobros excesivos.
“Cobros excesivos, representan la mitad de las quejas, con 50 por ciento; tarifa equivocada, es más o menos 35 por ciento, y 15 por ciento, es por una falla en el servicio.”
https://www.milenio.com/negocios/cfe-reporte-de-fallas-quejas-profeco
“La CFE también tiene un bajo índice de conciliación, ya que del total de quejas presentadas, 2 mil 417 fueron concluidas en audiencia de conciliación, pero de éstas solo mil 428 se solucionaron a través de un acuerdo entre consumidores y empresa.”
https://www.reforma.com/por-que-reclaman-contra-cfe-en-la-profeco/ar2514245
“De las 60 quejas captadas el 40% de las resoluciones ha sido a favor del consumidor, ya que la CFE no ha tenido como comprobar los cobros excesivos, por lo que las multas hacia el consumidor no se hacen efectivas.”
Resulta interesante que, de acuerdo con su reporte del segundo trimestre del año enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, la CFE obtuvo ingresos por 320 mil 623 millones de pesos, lo cual representa un aumento del 7.7% con respecto al mismo trimestre de 2022. Sin embargo, el servicio deja mucho que desear; sus oficinas lucen como si fueran del siglo pasado y sus cajeros son incapaces de proporcionar un servicio de calidad e ideal.