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A la distancia

El mundo virtual ha permitido la conexión entre las personas sin importar las limitaciones geográficas. Sin embargo, también ha facilitado las agresiones y la violencia digital. El acoso en persona infringe la esfera individual y privada; sin embargo, el incremento en el uso de las redes sociales ha creado un espacio distinto ambivalente entre lo público y privado. Las personas somos capaces de decidir qué queremos compartir de nuestras vidas privadas, con quiénes: si es una cuenta o publicación abierta y pública, o seleccionar a la gente que lo verá; también podemos elegir el momento para hacer la difusión, y hasta el nivel de interacción que se puede tener.

A pesar de las diferentes restricciones y medidas de seguridad, según el Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) 2022 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 20.8% de la población de 12 años y más que utilizó internet fue víctima de acoso durante 2022; por sexo, 22.4 por ciento de las mujeres fueron víctimas, y 19.1% de los hombres. La situación principal fue el contacto mediante identidades falsas, con 36%, seguido de mensajes ofensivos (35.5). Estos ya son acciones que afectan el autoestima y salud mental de las víctimas. Algunos de los efectos reportados en el MOCIBA fueron enojo, desconfianza, miedo, estrés e inseguridad.

El acoso a través de medios digitales y redes sociales no siempre permite identificar a las personas agresoras; sin embargo, en 22% de los casos se identificó que este fue realizado por personas conocidas, siendo los principales agresores: algún conocido o conocida (19.1%), amigo o amiga (11.1%), compañero o compañera de clase o trabajo (7.2%), expareja (6.1%), algún familiar (3.7%) y la pareja actual (0.6%). La principal red social mediante la cual se dieron situaciones de acoso fue Facebook (44.5%). En segundo y tercer lugar fueron WhatsApp y llamadas de teléfono celular, 37.9 y 28.1 por ciento respectivamente, lo que indica que los agresores tenían acceso a información personal de la víctima.

Las críticas por la apariencia o la clase social fue la situación de acoso más reportado (56.4%). Lo que convierte en las redes sociales en una arena de vulnerabilidad y hostilidad, ya que mientras una persona quiere compartir algo de su vida, eso que se hace público es usado para atacarla. A la pregunta sobre los motivos de la persona acosadora, 12.8% de las víctimas respondió que cree que lo hizo para intimidarle o causar miedo, y 5.4% cree que lo hizo por odio o desprecio. No se tiene la narrativa de cada una de las experiencias de ciberacoso experimentadas, los datos generados por el MOCIBA indican que la vida virtual también se ha convertido en un espacio en el cual se deben tomar medidas de seguridad y precauciones al momento de compartir contenido ya que el ciberacoso tiene diferentes consecuencias desde que la gente ya no publique en redes sociales, a alejarse de las mismas, daños emocionales y psicológicos y, en casos extremos, al suicidio.

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