El sábado 30 de septiembre del presente año se dio “in extremis” una prórroga para el 17 de noviembre al gobierno del vecino del norte para evitar el cierre parcial de la administración pública y así evitar que se suspendan los servicios gubernamentales exceptuando los que se consideran como esenciales los cuales se consideran: el servicio postal, servicios médicos, fuerzas armadas, control de tráfico aéreo, servicios penitenciarios, entre otros.
Sí se verían gravemente afectados más de 2 millones de burócratas que podrían no recibir su salario, así como retrasos en sus paga a también casi 2 millones de personal militar, cierre de próximas contrataciones y capacitaciones de prácticamente cualquier dependencia de gobierno, retrasos en trámites como licencias, permisos y ensayos, más de 10 mil niños desfavorecidos perderían el apoyo, parques y áreas verdes protegidas tendrían que cerrar, el sector turismo podría tener una pérdida de 140 millones de dólares diarios si se suspenden servicios, los contratistas de los sectores mencionados tendrían suspensión de pagos, causando un grave daño económico a la nación, Goldman Sachs ha estimado que un cierre reduciría 0.2% el crecimiento económico cada semana que duraría el cierre. Y en el aspecto político, pegaría al gobierno en su pérdida de confianza a sus votantes por no poder cumplir sus deberes básicos, tomando en cuenta esto más que en otros tiempos ya que el próximo año hay elecciones presidenciales.
El cierre se pudo evitar gracias a que, en el último momento, el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, presentó una propuesta de prórroga del presupuesto para poder mantener el financiamiento del Gobierno norteamericano hasta mediados de noviembre. La ley fue aprobada por dos tercios de la Cámara, (el mínimo requerido), pero el propio McCarthy tuvo que apoyarse en los congresistas demócratas, rivales a su partido ya que sus compañeros republicanos no le dieron apoyo alguno y con ello poniendo en riesgo su propio puesto.
El sábado, día de la votación, y como si fuera un capítulo de la famosa serie “House of Cards”, el congresista demócrata Jamaal Bowman, activó la alarma de incendios, provocando la evacuación del edifico del Capitolio, para retrasar la votación y leer la propuesta con cuidado para ver que no hubiera “gato encerrado”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló que el nuevo acuerdo presupuestal no incluye apoyos a Ucrania, aunque también señaló que su gobierno no desamparará al gobierno de Kiev.
El sistema presupuestario estadounidense no tiene una única ley de presupuestos, tiene una docena, el poder legislativo tiene que aprobar anualmente 12 leyes de asignaciones para los distintos y variados departamentos del gobierno, el domingo 1 de octubre empezó un nuevo año fiscal, y los congresistas y senadores no han aprobado ni una de las leyes, si para el 17 de noviembre no las aprueban, la amenaza de un cierre parcial de los servicios del gobierno se volverá a poner sobre la mesa.
En Estados Unidos cada 2 años hay elecciones para la Cámara de representantes, y la primera mitad de mandato de Biden, el demócrata tenía la mayoría en las 2 cámaras, pero ahora los republicanos tienen mayoría en la Cámara baja, por eso de la amenaza del cierre gubernamental.
Ya ha habido una veintena de cierres de gobierno en los Estados Unidos, la última no fue hace tanto tiempo, el 22 de diciembre de 2018, Hubo un cierre parcial por la negativa del partido demócrata a autorizar una partida presupuestaria de 5 mil millones de dólares para la construcción del “muro de Trump”, en la frontera con nuestro país, el 25 de enero, el presidente reabre el gobierno hasta el 15 de febrero como medida límite para ponerse de acuerdo en el senado y haciendo saber que si no se llega a un acuerdo, el mismo se encargaría de los asuntos de seguridad, así fue como se dio terminado el cierre parcial de 35 días por parte del gobierno.
