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¿Qué esperan?

Una mujer va caminando por la calle. A lo lejos escucha un chiflido. Un coche disminuye la velocidad, el conductor le pita. Un hombre pasa al lado de ella y le hace un comentario. Del otro lado de la calle, otro hombre le muestra sus genitales. Un hombre se masturba mientras la ve pasar. La mujer se siente incómoda y con miedo. Modifica su ruta habitual, intenta ajustar su rutina a horarios con mayor luz y con más personas en la calle. Cambia su manera de vestir, no usa la ropa que le gusta o se cambia cuando llega a su destino. Su mente se ha “acostumbrado” a esto. Ya no repara en estas acciones, su mente las ignora porque es algo que ha “normalizado” porque desde que era niña ha convivido con esas acciones, con comentarios sobre “qué bonita”, “guapa”, “mamacita”. Desde niña ha tenido que crear mecanismos de defensa ante hombres, incluso mucho más mayores que ella, que pronuncian frases sobre su físico; que transgreden su espacio personal y sin su consentimiento la tocan, le dan una nalgada, abusan de ella o la violan. 

Entre las mujeres estas conductas han sido tan normalizadas y hasta aceptadas culturalmente que si se les pregunta si han sido víctimas de acoso sexual, responderán que no; sin embargo, si se les pregunta si han experimentado conductas que constituyen acoso, las mujeres se dan cuenta que no es normal y que atentan contra su libertan y seguridad. El INEGI, mediante la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU)*, mide desde el segundo semestre de 2019, las experiencias de acoso y violencia sexual en 75 áreas urbanas del país. A nivel nacional, durante el primer semestre de 2023, 23.7% de las mujeres experimentaron algún tipo de acoso y/o violencia sexual. Las ciudades que reportaron mayores porcentajes fueron: Irapuato, Villahermosa, Tuxtla Gutiérrez, Miguel Hidalgo y La Magdalena Contreras con 36.4, 36.3, 34.7, 34.7 y 33.6 puntos porcentuales. La principal conducta que vivieron las mujeres entre enero y junio de 2023 fue que les dijeron piropos groseros u ofensivos de tipo sexual o sobre su cuerpo que le molestaron u ofendieron. 

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH)** que está especializada en estimar la violencia total contra mujeres y los diferentes tipos de violencia en los distintos espacios también indaga sobre las situaciones de acoso. Con base en los resultado de la ENDIREH 2021, en el ámbito comunitario, a lo largo de su vida, 37.8% de las mujeres han sufrido intimidación sexual y 24.4% de abuso sexual; en los últimos 12 meses esos porcentajes fueron de 18.5 y 7.9 por ciento, respectivamente. Respecto a conductas específicas, a lo largo de su vida, a 33.8% de las mujeres de 15 años y más le han dicho piropos groseros u ofensivos de tipo sexual o sobre su cuerpo y a 18.8% la han manoseado, tocado, besado, se le han arrimado o recargado o acercado sin su consentimiento.

¿Qué esperan los hombres que actúan de esta manera? ¿Esperan que se les “agradezca”? ¿Esperan que les hagan la plática? ¿Qué esperan? Comentarios de “se vistió así para provocarme, para llamar mi atención”, “camina de esa manera para que la note”. Las niñas y las mujeres no somos propiedad pública, no somos estatuas o adornos para admirar y comentar, opinar o hacer avances sin consentimiento. Las niñas y mujeres hemos cambiado y modificado nuestra vestimenta, actividades, rutinas, horarios, dejamos de hacer lo que nos gusta porque en el espacio público existen personas agresoras y violentas con nosotras.

* Disponible en https://www.inegi.org.mx/programas/ensu/

** Disponible en https://www.inegi.org.mx/programas/endireh/2021/

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