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Revalorizando el voto

Una constante al inicio de los procesos electorales, ya sean federales o locales, es la continua promoción destinada a instar a los ciudadanos a ejercer su derecho al voto. Esta campaña se lleva a cabo tanto por parte de las instituciones electorales, la sociedad civil, cámaras y consejos empresariales, medios de comunicación, partidos políticos, candidatos, entre otros, quienes mayormente enfatizan la obligación y deber ciudadano de participar en las elecciones, y algunos advierten que aquellos que no voten no tienen derecho a quejarse. Los medios más comunes utilizados para esta promoción incluyen spots publicitarios, redes sociales, diversos foros, programas de radio y televisión, podcasts, videos y entrevistas en YouTube, entre otros.

En la elección presidencial de 2018, según datos del Instituto Nacional Electoral (INE), la participación ciudadana alcanzó el 63.4%, cifra muy similar a la registrada en 2012, que fue del 63.3% de la lista nominal. En el caso de Aguascalientes, la participación ciudadana en la elección a gobernadora en 2022 fue del 45.9%, mientras que en 2016 fue del 52.4%. Queda patente una disminución en la participación ciudadana entre las dos últimas elecciones de gobernador.

Una premisa fundamental de la teoría de la elección pública consiste en que los electores políticos (votantes, políticos y burócratas) y los electores privados (consumidores y productores) se comportan de una forma similar: todos actúan conforme lo dictamina su particular interés racional. De hecho, como argumentan Ekelund y Tollison, los electores tanto económicos como políticos suelen ser la misma persona, es decir el consumidor y el elector. *

La promoción del voto generalmente se impulsa a través de foros, donde, evidentemente, los asistentes suelen ser personas que regularmente ejercen su voto y que comparten afinidad con la institución que organiza el evento. En muchos casos, estos foros se convierten en eventos sociales que proporcionan contenido “valioso” para redes sociales, tanto para los organizadores como para los asistentes. Por lo que, valdría la pena organizar los foros partiendo de conocer e identificar las razones que motivan a los ciudadanos a participar y evaluar sus posibilidades reales de hacerlo y teniendo presente esto, motivar la votación pero sobre todo contar con su credencial de votar vigente.

La promoción del voto generalmente se impulsa a través de foros, donde, frecuentemente, los asistentes suelen ser personas que ejercen su voto regularmente y comparten afinidad con la institución u organización que organiza el evento. En muchos casos, estos foros se convierten en eventos sociales que generan contenido para las redes sociales, tanto para los organizadores como para los asistentes. Por lo tanto, sería beneficioso organizar los foros teniendo en cuenta la necesidad de conocer e identificar las razones que motivan a los ciudadanos a participar, evaluando sus posibilidades reales de hacerlo y, con esto en mente, fomentar la votación, pero sobre todo recordar la importancia de contar con una credencial de votar vigente.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral (INE)**, el total de las y los ciudadanos registrados en Territorio Nacional y Extranjero, con corte al 11 de enero de 2024, es:

Valdría la pena identificar distritos electorales, nivel socioeconómico, edad, sexo y género que presentan el menor porcentaje de participación electoral, con el objetivo de orientar la promoción del voto y la participación ciudadana. Además, es crucial comprometerse realmente a proporcionar herramientas que permitan a los ciudadanos conocer a los candidatos, sus propuestas y, basándose en esa información, emitir un voto, un derecho que nos corresponde. El ideal es fomentar un voto informado y consciente, y no solo votar por votar, lo cual se complica cuando muchos servidores públicos, partidos políticos, representantes populares y candidatos no demuestran interés en ello, priorizando un voto a toda costa por sus partidos y conveniencias, incluso si eso implica hacer promesas vacías y, en muchos casos, poco probables de cumplir.

Al final, regañar o reclamar a los ciudadanos para que voten no da resultado; a quién le gusta, en su sano juicio, ser regañado para que haga algo. Tomemos en cuenta que vivimos en un país y un estado donde las promesas, prebendas, conveniencias, deudas políticas y partidistas se han hecho presentes, alejando, en la mayoría de los casos, a los ciudadanos de las urnas. Lo ideal es que las instituciones electorales, la sociedad civil y las cámaras empresariales funcionen como agentes que den a conocer a los ciudadanos propuestas, derechos mediante foros inclusivos que permitan informar en pro de la democracia y no buscar beneficios cupulares.

* Corona, (1987), p. 134 y 135.

** https://www.ine.mx/credencial/estadisticas-lista-nominal-padron-electoral/

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